SALTA
He aprendido a reír y hacer reír por mil tonterías, a veces sin demasiados motivos, a llorar hasta quedarme sin lagrimas, y a tragármelas si la ocasión lo requería.
Me he enamorado, he querido y he luchado con el desamor que desahucio mi corazón, para volverme a enamorar, querer y enfrentarme con el desamor…
Me he enamorado, he querido y he luchado con el desamor que desahucio mi corazón, para volverme a enamorar, querer y enfrentarme con el desamor…
Vivo el presente, y sigo escribiendo el guion de mi futuro, aunque sé que siempre habrá sueños que no se cumplirán… o si.
Me he derrumbado y me he levantado, a veces sonriendo, a veces con más heridas que curar, heridas que ya son cicatrices, cicatrices que no duelen pero te ponen en alerta ante un temporal.
Convivo con esa pequeña parte de niña que aun tengo, otra menos pequeña parte de adolescente, y la mujer madura que me envuelve, y de momento no tengo intención de desprenderme de ninguna.
He sido estúpida, sorda y ciega ante aquello que no quería oír ni ver, simplemente porque dolía demasiado.
He aprendido que solo un porcentaje pequeño de gente le importas, el otro gran porcentaje lo soportas, o lo ignoras
He saltado al precipicio, a veces un salto ligero, un aterrizaje suave, otras he caído en picado, un aterrizaje brusco, doloroso, y más heridas, mas cicatrices…
He aprendido que si hay segundas oportunidades, que no tienen por qué ser como las primeras, que a veces son un completo desastre y otras resultan mejores si sabemos aprovecharlas, porque de las anteriores ya aprendimos.
¿Mereció la pena? Solo sé que siempre me levanto, me miro en el espejo, me sonrío, y sigo adelante.
(He aprendido que el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada. Gabriel García Márquez)
Me he derrumbado y me he levantado, a veces sonriendo, a veces con más heridas que curar, heridas que ya son cicatrices, cicatrices que no duelen pero te ponen en alerta ante un temporal.
Convivo con esa pequeña parte de niña que aun tengo, otra menos pequeña parte de adolescente, y la mujer madura que me envuelve, y de momento no tengo intención de desprenderme de ninguna.
He sido estúpida, sorda y ciega ante aquello que no quería oír ni ver, simplemente porque dolía demasiado.
He aprendido que solo un porcentaje pequeño de gente le importas, el otro gran porcentaje lo soportas, o lo ignoras
He saltado al precipicio, a veces un salto ligero, un aterrizaje suave, otras he caído en picado, un aterrizaje brusco, doloroso, y más heridas, mas cicatrices…
He aprendido que si hay segundas oportunidades, que no tienen por qué ser como las primeras, que a veces son un completo desastre y otras resultan mejores si sabemos aprovecharlas, porque de las anteriores ya aprendimos.
¿Mereció la pena? Solo sé que siempre me levanto, me miro en el espejo, me sonrío, y sigo adelante.
(He aprendido que el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada. Gabriel García Márquez)
Que linda percepción de la vida, venimos a esta vida para lograr la conjunción perfecta e irrevocable entre el ser y el alma, esencia de la existencia misma. Éxitos!
ResponderEliminarGRACIASSS¡ Un abrazo
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ResponderEliminarhttps://youtu.be/DERTL-2BQ_E
demasiada precaución para un sueño, pero hermoso.
Sigue...
ResponderEliminar;)
EliminarA veces cuanto más nos preocupamos por algo, más inminente es el deseo de querer saltar al vacio y que sea lo que tenga que ser.Demasiada precaución nos convierte en excesivamente cautos y perdemos la chispa.
ResponderEliminarQue las ilusiones y la "chispa" no la perdamos nunca. Besos.
EliminarMuy buena presentación, llena de optimismo. Me ha encantado.
ResponderEliminarMejor optimistas¡¡¡ Como siempre un placer tus comentarios. Besosss
EliminarReír, reír, regir. Eso es vida. Errar, errar y aprender del error es vida.
ResponderEliminarMalo... si no aprendemos nada. Un abrazo.
ResponderEliminarPrecioso, me ha encantado, lo que dices y como lo dices. Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias Pilar.
EliminarUn abrazo
Para ser feliz no hay recetas, cada uno debe descubrir la suya y tú lo has hecho. Felicidades, cariños
ResponderEliminarExacto, no hay recetas... Gracias.
EliminarUn abrazo
Precioso, Ana, lleno de vitalidad y de un sano "optimismo realista", me ha encantado.
ResponderEliminarUn beso enorme