Tengo paciencia, excepto para...
No sé en qué momento aprendí a tener paciencia (no confundir
con “me aguanto” por no decir “me jodo”) supongo que es uno de los frutos que
dan los años, creo recordar que antes carecía de ella, pero lo cierto es que ya
no pierdo “la compostura “ con facilidad, aunque no estaría mal que bajaras la
tapa del inodoro (aprovecho). Paciencia con aquellas pequeñas contrariedades
cotidianas que se presentan, esos días en los que te has levantado con el pie
derecho ¿o era el izquierdo? Da igual,
yo me levanto con ambos a la vez, aun así, hay días que se empeñan en torcerse,
las tostadas se (te) queman… bastantes días, menos mal que del café me encargo
yo (guiño). Tráfico lento, reconozco que ahí la radio hace una buena labor, el
móvil que se me queda enganchado, que libere espacio dices… ¡Ja¡ se me olvida
el portátil…llueve, ya se que es muy necesaria el agua para estos campos, pero
me gusta el sol… en fin nimiedades.
Paciencia conmigo misma en esos días en que mis torpezas me
invaden, paciencia con mi entorno, paciencia tan necesaria a veces, te da
fortaleza, serenidad… ¡bendita virtud¡
Pero no me pidáis paciencia para… aquí transcribo lo que
dijo Meryl Streep, porque me identifico
totalmente:
"Ya no tengo paciencia para algunas cosas, no porque me haya vuelto arrogante, sino simplemente porque llegué a un punto de mi vida en que no me apetece perder más tiempo con aquello que me desagrada o hiere. No tengo paciencia para el cinismo, críticas en exceso y exigencias de cualquier naturaleza. Perdí la voluntad de agradar a quien no agrado, de amar a quien no me ama y de sonreír para quien no quiere sonreírme. Ya no dedico un minuto a quien miente o quiere manipular. Decidí no convivir más con la pretensión, hipocresía, deshonestidad y elogios baratos. No consigo tolerar la erudición selectiva y la altivez académica. No me ajusto más con la barriada o el chusmerío. No soporto conflictos y comparaciones. Creo en un mundo de opuestos y por eso evito personas de carácter rígido e inflexible. En la amistad me desagrada la falta de lealtad y la traición. No me llevo nada bien con quien no sabe elogiar o incentivar. Las exageraciones me aburren y tengo dificultad en aceptar a quien no gusta de los animales. Y encima de todo ya no tengo paciencia ninguna para quien no merece mi paciencia"
Después de un rato de andar descubrimos lo ligera y hermosa que es la vida si le restamos importancia a todo lo que Meryl Streep menciona...
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