TRASTEANDO (II)
Esa costumbre de empezar
periódicos y revistas de atrás hacia delante
Si, esa
costumbre, empiezo por la última página… será porque al final esta lo más
placentero, el ocio, cultura, deportes… como queriendo postergar las desgracias
y problemas del mundo unos minutos más, un sorbo al café y páginas de
conciertos estivales, libros para el verano, paso otra página, casi no leo,
solo los titulares…un bocado a la tostada, la jungla de Calais, campamento
donde esperan hacinado multitud de inmigrantes… un sorbo al café…
(Agosto, el mejor mes para desconectar, para dejar el mundo a un
lado, para olvidar el periódico en cualquier terraza de un chiringuito junto a
la playa, para dirigirse al faro permitiéndote ese egoísmo de pensar solo en
uno mismo…el mundo seguirá girando)
Dime, ¿te apetece un cambio?
El tiempo me enseñó a no construir muros
imaginarios, que la edad es solo un numero si no le añades el valor de la
experiencia, que si hay ganas los obstáculos no vencen. Si alguien me hubiese
dicho hace unos años todo lo que iba a cambiar, me hubiese reído, no me lo
creería, y ahora me río de veras ¡jamás pensé que los cambios, a veces
importantes, otras insignificantes, me aportarían tanto!
(He cambiado tantas veces el rumbo… y con algún tropezón…bueno, lo
reconozco bastantes tropiezos, pero he aprendido a caer, a levantarme)
Me adentro en el jardín
oliendo a lavanda, al mortecino aroma de los rosales, contemplando un
cielo en
el que las estrellas brillan como nunca componiendo una inmensa bóveda, y el
tiempo carece de sentido, y amar es una aventura cuajada de promesas.
Es tiempo de salir, atrás queda la
casa encendida, de vestidos ligeros, de enamorarse, de cordialidad y buena
disposición, de no pensar demasiado, de bailar, de cervezas frías, de comer sin
contar calorías ya sean kilos de helado o litros de gazpacho, de perdonar, de
dormir y soñar y perseguir los sueños.
(Sigue Agosto tranquilo, el tiempo se vive lento, se saborea)
Que soy muy simple, lo sé,
por eso no entiendo la necesidad que tienen algunos de complicar las cosas, la
vida, igual es porque creemos que lo sencillo carece de importancia.
Que algo huele a
sencillo...uumm...seguro que viene con trampa. Hay cosas sencillas que
simplemente son maravillosas ¡sin analizar!
Que algo es
bueno...uumm...demasiado bueno para ser verdad.
A problemas simples, soluciones
complicadas. A problemas complicados, un sinfín de vueltas, o me estanco y en el
peor de los casos me deprimo.
(Sigo pensando que soy muy simple, dudando lo necesario,
identificando lo importante y eliminando lo superfluo)
Y así empezó septiembre,
lleno de ilusiones y propósitos para los que no nacimos en un lugar erróneo,
para los que sí, para los que cualquier lugar será mejor que el horror que
dejan atrás, esperemos que nuestra solidaridad les devuelva la esperanza, que
esa orilla donde el mar besa unas veces suave y otras apasionadamente la tierra, sea el lugar idílico donde un niño
dibuja en la arena, a veces casas, a veces barcos, otras haciendo castillos… y
con el tiempo creciendo, dibujara corazones…
("Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los
peces, pero no hemos aprendido el arte de vivir juntos, como hermanos."
Martin Luther King)
Suena el despertador, cinco minutos más, le
digo al día,
no tengas prisa en sorprenderme,
no tengas prisa en imponerme rutinas,
no tengas prisa ni tan siquiera para dejarme momentos placenteros
no tengas prisa para cargarme con las obligaciones,
tampoco tengas prisa para llenarme de risas...
espera...
son solo cinco minutos.
no tengas prisa en sorprenderme,
no tengas prisa en imponerme rutinas,
no tengas prisa ni tan siquiera para dejarme momentos placenteros
no tengas prisa para cargarme con las obligaciones,
tampoco tengas prisa para llenarme de risas...
espera...
son solo cinco minutos.
(No sé si cada día que pasa la vida se ajusta más a mi talla, o
soy yo la que me ajusto a la suya)
Mi abuela María siempre vestida de negro, con
su velo también negro, sobre el pelo largo cano recogido en un moño bajo, como
tantas mujeres de mi infancia, de mi pueblo, de muchos pueblos, mujeres que no
pueden leer ni escribir, mujeres que empezaban a perder el miedo a hablar, el
miedo a la crítica.
Mujeres que sabían que tenían que empezar a
pedir lo que es suyo y de sus hijos.
Mujeres que empezaban a recorrer ese arduo
camino hacia su desarrollo, su libertad, su independencia, ya intuían que debía
de llegar de y a través de ellas.
El corazón tomo la decisión de cambiarnos la
vida, nos mostró un nuevo rumbo, un nuevo destino, empezamos un nuevo capítulo,
una formidable historia, pero aún quedan muchas páginas en blanco que escribir,
así que avanza, porque cada capítulo te garantizo que será más interesante que
el anterior, porque a estas alturas de la vida, esta vida en la que parece que
pocas veces nos arrepentimos de lo que hacemos, y demasiadas de lo que no
hicimos, no le dejaremos hueco para lo segundo.
(Como dijo Pessoa, llega un momento que es necesario abandonar las
ropas usadas, olvidar los caminos que nos llevan siempre a los mismos lugares,
emprender una nueva travesía para no quedarnos al margen de nosotros mismos)
"Esto es la vida. Animaos todos. Porque
se puede llegar a los 94 años y más, siendo feliz. Aunque uno se levante y se tenga que poner la boca,
los ojos y los oídos. Se puede ser feliz a pesar de los jefes y de que muchas
de las cosas que nos rodean nos parezcan impedimentos. Por nosotros mismos.
Tenéis una vida. Cada uno la suya. ¡Aprovechadla!
JOSÉ LUIS SAMPEDRO.
Asi terminó el 2015...un año para recordar.
Que bonito texto y unas palabras refrescantes
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