ACTUS REUS
Como un muñeco roto, casi invisible, sin nada de lo que
hubiera hecho en su vida de lo que sentirse satisfecho, con la arraigada
certeza de haberla desperdiciado, sin futuro, ajadas las esperanzas, una
carrera a ningún lugar, muriendo desde el amanecer hasta el anochecer.
Abandonado al desánimo, la rabia y la humillación de aquel día
se propagó en los años, se sumió en la oscuridad y el silencio ¡maldita seas!
El revólver gritándole desde el segundo cajón del escritorio
¡atrévete! Seis balas en el cargador, lo abrió, quito una y giró unas cuantas
veces el cilindro.
¿Por qué? Otra pregunta sin respuesta.
Con la mano derecha apoyo el cañón en la sien, el índice en el gatillo, en la otra
mano una copa de vino para brindar por los errores, la saboreó con lentitud,
intentado prolongar su tiempo
¿Por qué? Pregunta incorrecta.
Apretó el gatillo y ¡bang! un ruido sordo, nada, soltó el arma
y su alma cargada cayó a sus pies haciéndose añicos, apareció el niño que fue
un día antes del día de la rabia y la humillación recogiendo con cuidado los frágiles
pedacitos, sonriéndole y su sonrisa portaba el paraíso perdido.
La luz de la luna se filtraba por la ventana, no podía marcharse
aún, empezaría por intentar reflotar su vida que como un barco hacía aguas por
todas partes.
Se sirvió otra copa de vino y brindó por su derrota.
¿Podría aprender a querer y compartir?
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