CERRE LOS OJOS
En un abrir y cerrar de ojos (mas bien cerrar que abrir) volví al final de la adolescencia o principio de juventud, y deje de mirar mi vida, para imaginar otra, como una chispa que salta y aviva la llama que lo ilumina todo sin darte cuenta que te puedes quemar.
Imagine y confundí, o deje de ver la realidad, porque a
veces al cerrar los ojos, idealizamos momentos, idealizamos personas, pero…si
imaginas, idealizas esos momentos y no otros, digo yo que igual es porque
encierran algo de magia mezclado con algo de verdad.
Luego abres los ojos, porque en algún momento hay que
abrirlos, y el fuego se apago, si sonríes porque no te quemo, tan solo te
ilumino como una puesta de sol en cualquier noche de verano, o un amanecer de cualquier
día de primavera bendita chispa y bendita llama… pero lo jodido es cuando te
has acercado tanto que te abraso, y no precisamente la piel, porque las
quemaduras son dolorosas y difíciles de curar.
Y nos prometemos no volverlos a cerrar, ¡mentira¡ volveremos
a cerrarlos porque nos gustan los amaneceres, las puestas de sol, nos atrae el
fuego… y si nos quemamos…¡ también nos gustan los riesgos¡
Porque a veces, jodido mundo y bendita vida, y a veces
bendito mundo y jodida vida y a veces, bendito mundo y bendita vida.
A veces la vida resulta jodida y a veces bendita.
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