SONIDOS VULGARES
Aún no ha salido el sol, tan atípico como raro en mí que este
levantada tan temprano (ya os dije que odio madrugar, sobre todo en otoño e
invierno) rodeada de sonidos tranquilos, tan parecidos al silencio que me
recuerdan a las alegres mañanas del verano, débiles y orgullosos trinos en los todavía
frondosos árboles que en pocos días irán desnudando sus ramas, regalándome sus
hojas como alfombra y el tedio de barrerlas y amontonarlas; los ladridos de Sultán
en el huerto tratando de asustar a las palomas que revolotean en busca de algo
de comida.
Total ausencia de sonidos cotidianos que en unas horas
emanaran de la casa, el silbido de la cafetera, el tintinear de una cucharilla,
el crujir de unas sábanas, el gorgoteo de un grifo, el repiquetear de los leños
abrasándose en la chimenea…sonidos tan vulgares que mi cerebro ni los
registrara, despreocupada ante la tranquilidad de una casa que no ha comenzado
su jornada, intentando mantener ordenada y limpia mi mente, dejando fluir todas
la palabras que transcriben las historias que habitan en ella, de vidas que
muestran sus peores modales y el deber que con pasos firmes y armado de ilusión
y coraje le plantan cara para apartar a manotazos esa niebla oscura que
pretende instalarse en el corazón, para
dar paso a las confidencias junto a la chimenea, a las palabras de ánimo en los
momentos duros o de debilidad; la calma empuja a la acción para después de la
dura batalla saborear el descanso…
Alzo la vista, la luz del sol se abre paso entre las nubes,
tras la ventana sentado esta Sultán que con sus ojos tan azules me invita a
saludar al día, las historias que habitan en mi mente pueden esperar.
Termo de café en mano, el chal de lana sobre los hombros,
dispuestos a abrazar el día, como si este nos fuese a ofrecer sus mejores
frutos.
Mientras recorremos caminos
de tierra húmeda, la casa empezara su jornada con una sinfonía de sonidos
vulgares
"Me senté en un rincón, esperando un trocito de silencio donde introducirme." (Ana Maria Matute)
Preciosa descripción que nos has regalado de los sonidos de la mañanas. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Maria del Carmen...cotidianos y vulgares, pero por suerte nos dicen que aqui hay vida. Un abrazo.
ResponderEliminar«por sus escritos polifónicos, un monumento al sufrimiento y al coraje en nuestro tiempo»
ResponderEliminarUna sinfonía de sonidos vulgares,... pero cotidianamente hermosos. Bonita reflexión sobre nuestro día a día!
ResponderEliminarTan vulgares, tan cotidianos, tan intimos...Un abrazo.
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