Carta a un desencuentro
(Un día cálido de otoño fui a curiosear a casa de mi abuela,
la casa es una casa antigua de pueblo, que desentona con el entorno ya mas
moderno (pero de eso ya escribiré otro día), y entre viejas fotografías encontré
esta carta que os transcribo, los nombres que figuran en ella no me son familiares, no corresponden a ninguna persona de mi entorno, a pesar de ellos los he cambiado)
Hola Sigfrido, mi niño
Pensaras que estoy loca, estás en tu derecho (yo también lo
pensaría) pero esto me pasa solo contigo, la mayoría del tiempo soy una mujer
equilibrada y creo que hasta adorable.
Cuando he estado contigo, me he olvidado de todo, y creo que
podría estar así el resto de mi vida.
Cuando hablamos últimamente (ya lo has visto) muchas veces
estoy arriba y otras abajo (te repito que esto solo me pasa contigo)
Pero lo cierto es que cuando estoy a solas con mis
pensamientos me pregunto ¿Qué es lo que quiero?
Si tuviese una relación, tengo muy claro como la quiero,
quiero poder pasear de la mano orgullosa de mi pareja, y que él se sienta
orgulloso de mi, quiero pasar muchas noches y desayunos en la cama, quiero ir a
un concierto, al cine, a una exposición, tumbarnos en la arena de cualquier
playa, pasear en bici, que él tenga su espacio, su vida, y yo la mía,
compartiendo, que no significa estar todos los días juntos, da igual los días
que sean, pero los que sean que cuenten por todos.
Y creo (si me equivoco, dímelo por favor) que contigo no
podría ser. Yo soy libre, tu no. Nunca me has hablado de ello, y no te
preocupes, no tienes porque hacerlo.
Pero yo no puedo mantener una relación con alguien que vive
en pareja (me odiaría por ello), o podría siempre que no tuviese que
esconderme.
¿Tendría que esconderme contigo?
¿Tendríamos que vernos a escondidas?
¿Podríamos pasear por estos campos, igual que tomándonos un
café en cualquier sitio?
Si la respuesta a las dos primeras preguntas es no, y a la
tercera sí. Entonces vamos a besarnos, vamos hacer el amor, vamos a reír, vamos
a compartir, vamos a intentarlo…
Por el contrario, déjame marchar, no lo pongamos más
difícil, porque me cuesta cada vez mas separarme de ti, y creo que este es el
momento menos doloroso, el momento en el que aunque los corazones han llegado
lejos, los cuerpos no.
PD: Hoy no podemos vernos, yo de momento necesito que mi
vida siga su curso, aunque estoy abierta a alguna razón que me ilumine.
Pero creo que a veces solo nosotros podemos iluminarnos y
guiarnos
El septiembre de genoveva
ResponderEliminarEl amor en todos los tiempos muestra su grandeza y, también sus flaquezas; pero es muy lindo.
ResponderEliminarAsí es.
EliminarUn abrazo