EN HONOR AL SOL, EN HONOR AL PROFETA
En el reloj dan las doce y una marea de gente corre hacia el mar para darse un baño a la luz de la luna nueva, tras saltar algunos la hoguera como si el fuego pudiese quemar lo viejo y ajado, dejando atrás las pesadas cargas para hacer hueco a los deseos que pedirán igual que tras las uvas de otras doce campanadas.
Noche de
compartir sardinas y verbena, ya lo dice la canción “en la noche de San Juan
todos comparten su pan…”, abrazos capaces de alejar los silencios, las mentiras
y las ausencias, despertando sentimientos que como semillas dormidas durante
mucho tiempo las hace geminar en segundos.
Cervezas
primero y mojitos después, regados con risa e ilusión para ahuyentar los espíritus,
los malos claro, no es que yo crea en ellos pero dicen que haberlos, haylos.
Y así
cumplimos con ritos y tradiciones que impregnaran la noche, no solo con la brisa
del mar, sino con un halo de magia y misticismo.
Que tendrán las
noches de verano, que tendrá la noche de San Juan con sus hogueras en honor al
sol para unos, en honor a su profeta para otros, esas que hay que saltar no sé cuántas
veces, eso sí, que el numero sea impar para poder alejar a los caballucos del
diablo.
Sera que la
noche de San Juan nos da el pistoletazo de salida, rumbo a días mas largos, a unas noches de fiesta, otras de tranquilas charlas, vacaciones, amores de verano, chapuzones, siestas…
Y por una
noche con la arena de la playa salpicada de múltiples fogatas dejamos el
destino suspendido en un instante.
La luna se
esconde, el sol nos saluda, vamos dejando la playa.
“Cuando salga la luna nueva, la de
San Juan
se encienden los corazones con las
candelas
la música suena…tiritraun
y el amor me quema…tiritraun
y te muerdes los labios con el sabor
del amor…”
(Amor de San Juan. Niña Pastori)
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