LOS DÍAS SIN MI
Hay un momento en la vida en el que todo se tuerce, cuando
crees que has tocado fondo descubres y no de buena manera que hay un fondo más
profundo en el que te sientes perdida, la oscuridad se torna en angustia, las
emociones se rebelan y no sabes gestionarlas, el dolor intenta devorarte a
dentelladas de rabia y de culpas. Buscas un interruptor que te lleva hacia
atrás, que suprima el tiempo hasta “antes de”, no lo busques, no lo hay, acepta
los hechos, no puedes cambiar lo que te ocurre, solo aceptarlo, perdonar,
perdonarte y ser perdonada.
Miedo al vacío, vacío lleno de flores marchitas, vacío del
que no saldrás ilesa, una cicatriz de por vida para no olvidar, el olvido solo
te dejaría una lección desaprendida, necesitas su recuerdo para no volver a
tanta infelicidad, poner distancia con firme voluntad, latido a latido.
En silencio lo sufres porque hay dolores tan agudos que no
quieres verbalizar, la tristeza es solitaria, la felicidad por el contrario te
viste con las mejores galas para pasearla por el mundo. Pierdes la dirección
¿ibas al norte o al sur?, el destino se vuelve borroso y no tienes brújula que
te marque el rumbo.
Un mal momento que crees propiciado por cualquier fenómeno
meteorológico, una tormenta que descuido un rayo con el que fuiste tocada y
hundida, todo antes que asumir tu alta implicación, como ya te dije no hay interruptor así que no
derroches el tiempo pensando como cambiaría todo si hubieses actuado de otra
manera, al final las imprudencias se pagan.
Pero créeme el amor sazonado con una buena dosis de
compresión te salvará, no los reproches ni el rencor. Todos cometemos errores,
todos, date una oportunidad porque en el ascenso no vas a estar sola, el dolor
irá menguando, la luz alejará las tinieblas de tu mente, el alma aligerará su
peso.
Pasará un tiempo, horas eternas en las que sentirás el
crujir de lo que se va resquebrajando dentro de ti, no te preocupes, el ruido cesará
y empezará la reconstrucción, sacarás los escombros, empezarás de nuevo a
conocerte, la vida será la misma pero la verás de otra manera, como los árboles
tras un largo invierno.
No pienses que el mundo se acaba para ti, no hay motivos
para cerrar los ojos y si muchos para abrirlos, que tus manos no tienen ya nada
que pintar, te equivocas, “nunca dejaras de pintar”
Hay días que sólo son una prueba, sin acierto, si error.
Días que te esculpen, un gesto, un brillo o un vacío en la mirada.
Días en los que luchar es más una obligación que una pasión.
Días de footing para que cuando llegue la tristeza ya estés en otro lugar.
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