SIGUE SONANDO
No puedo imaginar mis madrugones sin radio, la ducha mañanera sin la canción favorita
al fondo, o las noticas a veces amables, a veces tristes del mundo que está esperando ahí
fuera.
Bendita Nochebuena de 1906 en Massachusetts que alumbró este mágico y misterioso medio de comunicación,
llenando los silencios de voces que nos atrapan.
La radio mi mejor adicción.
"La radio marca los minutos de la vida; el
periódico, las horas; el libro, los días".
(Jacques H. de la Lacreitelle)
Post 13 de febrero del 2019:
Como decirte que me has ganado poquito a poco
Tu que llegaste por casualidad, como hablar...
Tu que llegaste por casualidad, como hablar...
En la España
de los años 50 una amiga nada silenciosa se había colado en casi todas las cocinas de
todos los hogares, para dejar entrar y salir los sueños. Éramos pobres entonces…bueno,
ahora también… y los valores de solidaridad y bondad con el más necesitado parecían
más indispensables que nunca…bueno, ahora también.
Centro de desayunos familiares y acompañante intima al conectar los auriculares.
Centro de desayunos familiares y acompañante intima al conectar los auriculares.
A través de
esta charlatana compañera se colaban los concursos, canciones populares,
seriales y demás folletines en los que la gente, nuestros mayores de hoy, reconocían su propio mundo sentimental.
Ese mundo
que en la dictadura, como dijo Jon Murelega Ibarra anestesió a una sociedad
consagrada al hambre, enmascarando problemas de toda índole que azotaban el país.
El fútbol
sustituyo a la penuria, los seriales a
la venganza y los concursos a la represión y cerrazón política y cultural.
En los años
60 y 70 adquirir un televisor era muy difícil económicamente hablando, por lo
que el uso de la radio siguió llegando a todas las personas, de cualquier clase
social, edad, religión o raza. Todos pegaban la oreja ante las nuevas noticias
que narraba el locutor de turno, haciéndonos testigos de acontecimientos de gran
trascendencia, algunos dejándonos sin respiración, como ese 16 de julio de 1969
en el que Neil Armstrong piso la luna, y ¿Quién no ha oído hablar de ese 1938
en el que un joven Orson Welles aterrorizaba al mundo?
Con los
tiempos ha cambiado, ¡menos mal! Nos demostró su capacidad de mutacion, sobreviviente por todos los tiempos. Y no solo ha sobrevivido sino que se ha
crecido ante los nuevos medios que nos traen diversas redes sociales.
Mi pasión por
la radio me vino algo tardía, la televisión ha quedado relegada a un simple
adorno al que hay que limpiarle el polvo…
Me levanto
temprano, odio madrugar, una vez que te pones en marcha todo alrededor conspira
para que la mañana sea más agradable, el aroma a café, el beso de buenos días y…
¡sintonizo la radio! Siempre con un programa ameno que provoque sonrisas o
risas a carcajadas, no es hora de empezar con noticias o temas profundos, ya tendré
tiempo durante el resto de jornada…
Y así empiezo el nuevo día…suena Antonio Vega en la
radio,
…un nuevo día café en mano,
un nuevo día para seguir apreciando pequeños gestos,
un nuevo día para dejar las prisas a un lado,
un nuevo día para disfrutar de las conversaciones,
un nuevo día para alegrarme de los que me escriben o me
llaman,
un nuevo día en el que ignorare lo malo y saldré un rato,
un nuevo día…
Y días que no volverán sigue sonando en la radio...
Pues si la radio nos distrae mucho cuando estamos haciendo otros quehaceres. La radio distrae más que la tele. Yo no concibo mi vida sin escuchar la radio desde la mañana muy temprano. Has hecho un buen homenaje a este Día Mundial de la Radio. Un abrazo
ResponderEliminarYo es que no veo la tele, pero soy adicta a la radio. Abrazos.
EliminarYo también tengo ese recuerdo amable y cálido de la radio acompañando los días en blanco y negro de aquellos tiempos. Emotiva entrada Ana!
ResponderEliminarDe dónde eres???
ResponderEliminarMe encanta. Me ha gustado mucho tu historia y cómo relatas lo mágico que era poder tener una radio por entonces. En mi época me he perdido algo así, que estoy seguro que me habría hecho soñar un montón. ¡Un saludo!
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