SE AVECINA UN CAMBIO


Si, otro, ¿el ultimo? Me temo que si, última fase, última etapa de esta que es mi vida.

Ya lo predije en el post No todo es para siempre:

“todo tiene un objetivo temporal, se cumple, a veces no, y llegan los inevitables cambios ¡tan temidos! ¿Por la inseguridad que nos provocan al principio? ¿Por la comodidad de aferrarnos ya no a un pasado, sino a un presente que si está bien, para que lo quieres cambiar?”

Pues contradiciendo al refrán dejo camino viejo por sendero nuevo, con mil rozaduras que me deja este caminar por la vida, con la firme creencia de que el agua salada todo lo cura.

Una decisión no sé si reflexionada y pensada mucho, o fruto de un impulso, un palpito en el pecho con un pinchazo en la boca del estomago, pero sea lo que sea,  esa luz vuelve a estar ahí iluminándome el camino.

No tengo miedo al adiós (cierta nostalgia sí) a dejar atrás la mirada de estos olivos, algunas rutinas seguirán, no podría vivir sin ellas, pero las cosas materiales nunca me ataron,  pueden ser efectivas armas mutiladoras de sueños y ahora sé que hay sueños que se cumplen, que cuando crees que solo es eso, un sueño, de repente se desvía el rumbo y te lo pone al alcance de lo mano, o a unos kilómetros de distancia, y cuando lo ves materializarse… ¡susto!, surgen dudas, pero por suerte la sonrisa y el coraje vuelven.

En este otro post, Despejándose el presente como el cielo después de la tormenta, esto lo escribí para mí, sabía que tendría que pasar

Dentro de poco se mudara por tercera ¿o cuarta vez? Qué más da, tiene práctica en materia de mudanzas. Esta será la última, la definitiva, por la mañana desayunara lo mismo pero con otras vistas, se tumbara al sol, sesteara, paseara en bicicleta pero en otro paisaje, cenara, escribirá  y dormirá bajo otro trozo de cielo. En los días previos es inevitable la sensación de no tener sitio en ninguna parte.

Las cosas no volverán a ser como antes, tú no volverás a ser la de antes, yo no volveré a ser como antes, la vida no volverá a ser la de antes.

Todos los pasados se acaban un día.”

Y ese sueño de Otra Santa Semana, viajaré en un tren, igual no será lento ni silencioso, pero espero que la esperanza no salga por la ventanilla, que al apearme el sol me dé la bienvenida y kilómetros de playa me invite a deambular por ellas, a tumbarme en su fina arena para sumergirme en un libro teniendo por testigo los colores del atardecer, del naranja al rojo para dar paso al azul oscuro con puntitos de luz de la noche. Desayunare lo mismo pero con otras vistas, paseare en bicicleta con Greta a mi lado, pero en otro paisaje y escribiré bajo otro trozo de cielo.

 


 

 

Seguiré odiando madrugar, aunque con el tiempo (léase la edad que va avanzando) cada vez amanezco más temprano, lógica consecuencia de irme antes a dormir, pero con la misma ilusión infinita por las cosas cotidianas.

Perderé el tiempo pero no el goce del momento.

En esta montaña rusa que es la vida, mi intuición me dice que las subidas y bajadas no serán tan bruscas y al bajarme mis piernas cada vez más frágiles seguirán dando pasos firmes sobre esta realidad que me rodea.

Pasare pagina, sumare experiencias, restare sinsabores porque el hoy, el ahora está para comernos el mundo ¡que más da si mañana lo vomitamos!

Me espera ese lugar con Duende.


 ¿Qué sería de la vida si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo? (Vincent Van Gogh)

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Desea eliminar el archivo?

EL COLOR DE LA NOSTALGIA EN OTOÑO

COLLAGE (1ª Parte )